Modos de carga


El coche eléctrico se caracteriza por tener cuatro posibles modos de carga. Estos cuatro modos de carga se diferencian en que cada uno de ellos tiene un nivel más alto o más bajo de comunicación con la red eléctrica. Dependiendo de si es mayor o menor necesitará complementos para establecer la comunicación entre el coche y la carga.

Modo 1


El primer modo de carga se caracteriza por tener una conexión a una red convencional con un enchufe de tipo Schuko. En este caso no hay una comunicación entre la red y el coche. En el Modo 1 es necesario que la instalación incluya una protección diferencial y magnetotérmica.

Modo 2


Este segundo modo de carga se caracteriza por un nivel bajo de comunicación con la red. La conexión no es como en el Modo 1, donde el coche se enchufa directamente, sino que se necesita un cable con un dispositivo de control piloto para verificar la correcta conexión del coche a la red de recarga. En este modo estamos seguros de que la conexión entre coche y red ha sucedido, además la potencia que alcanza es de 7.4 kW en monofásico y de 22kW en conexión trifásica. Necesita también una instalación que incluya una protección diferencial y magnetotérmica.

Modo 3


En el tercer modo de carga la comunicación con la red es más elevada que el Modo 1 y en el Modo 2. En este caso se necesita un dispositivo de control y protecciones dentro del propio punto de recarga, además de un tipo de conector específico para que la comunicación entre coche y punto de carga sea correcta. También se puede elegir la potencia a la que se cargará el vehículo. La potencia máxima de este modo es de 7.4 kW en monofásico y 22kW en conexión trifásica.

Modo 4


Este último modo de carga es diferente a los tres anteriores porque en este caso se recargará el vehículo mediante corriente continua. En este modo se soporta una potencia de hasta 50kW y solo se utilizará para la carga rápida.