Si estás pensando en pasarte al coche eléctrico, pero todavía te preguntas en qué se diferencia de uno de combustión, nosotros te ayudamos a salir de dudas. Cuál emite más CO2, cuál consume más, cuánto cuesta mantener un vehículo eléctrico, qué impuestos debo pagar… ¡Presta atención!
¿Coche eléctrico o de combustión?
Buscamos un coche que consuma menos, que contamine menos y que no me aumente el impuesto de circulación. Podemos continuar con un coche diésel o gasolina, o cambiarnos al coche eléctrico. Por eso mismo queremos mostrarte cuatro factores que deberías tener en cuenta:
Contaminación:
Que los coches propulsados con gasolina contaminan, es un hecho, pero ¿cuánto contaminan en comparación con un coche eléctrico?
El vehículo de combustión produce gas contaminante a la atmósfera en el momento en el que lo arrancamos. Cada litro de gasolina son 2,3Kg de CO2 y cada litro de diesel son 2,6 Kg de CO2. De manera que, ¿cuál es la ventaja del vehículo eléctrico? Que no contamina. Al tratarse de un motor eléctrico su propulsión es eléctrica.
Consumo:
El consumo es una de las primeras cosas que nos preguntamos a la hora de comprar un coche. Cuando comparamos el consumo de un vehículo de combustión y el de un vehículo eléctrico la diferencia es abrumadora.
Suponiendo que hacemos 200 kilómetros a la semana con nuestro coche convencional, el gasto en gasolina sería aproximadamente de unos 15,36€. Sin embargo, en el caso del coche eléctrico gastamos alrededor de unos 3,2€ cada 200 kilómetros.
Si lo que buscas es ahorro, el coche eléctrico es tu mejor elección.
Mantenimiento:
El taller, el cambio aceite, filtros, frenos, bujías… ¿seguimos? El coche eléctrico no tiene estos problemas ya que no tiene tubo de escape, ni bujías, las pastillas de freno duran el doble, no hay que revisar el embrague ni cambiar el aceite. Cada 10.000 kilómetros nos ahorramos unos 300€ con el coche eléctrico.
A pesar de ello, debemos tener en cuenta que, en caso de avería, las reparaciones del coche eléctrico pueden suponernos un coste más elevado.
Impuestos:
Cada propietario debe pagar los impuestos de circulación correspondientes, que varían según el índice de contaminación de cada vehículo. También dependerán del ayuntamiento al que se pertenezca. Los vehículos eléctricos ahorran un 75% de estos impuestos gracias a las ayudas proporcionadas por el Estado, como el Plan MOVEA o el Plan MOVALT.
Ahora que ya sabes un poco más sobre el coche eléctrico, ¿te unes al cambio?