El transporte público es el encargado de mover el grueso de la población en las grandes ciudades donde los atascos y congestión del tráfico proliferan. Sin embargo, para que el transporte público eléctrico llegue a toda la población, es necesario que la movilidad eléctrica también llegue hasta él.
El cuidado del medioambiente, el ahorro frente al vehículo convencional y la huída ante los atascos son algunas de las razones por las que optar por un transporte alternativo.
El transporte público eléctrico no es algo nuevo
El transporte público eléctrico no es algo especialmente innovador. Desde hace decenas de años nuestras calles cuentan con tranvías, metros e, incluso, trolebuses impulsados por energía eléctrica. Sin ir más lejos, el tranvía eléctrico no llegó a España hasta 1896 gracias a la línea Bilbao-Santurce. Seguidamente, llegaron a Madrid, Barcelona y un montón de ciudades más de nuestro país.
Sin embargo, hoy la tendencia es otra. Con tal de no entorpecer el tráfico por las infraestructuras que necesitan los metros y tranvías, surge un nuevo protagonista a escena: el autobús eléctrico.
Madrid
El Ayuntamiento de Madrid ya ha anunciado que el año que viene la EMT contará con una línea de autobuses completamente eléctricos además de un sistema de carga por inducción; el cual esperan ampliar a una flota completa en 10 años si la experiencia es positiva. Aunque este modelo ya lleva un par de años funcionando en la ciudad de San Sebastián.
Barcelona
Paralelamente, en Barcelona existe un sistema de autobuses eléctricos con recarga automática mediante pantógrafo. Una iniciativa que prevé tener la línea H16 totalmente electrificada en 2018 con una flota de 20 autobuses totalmente operativos.
La tendencia por ahora son autobuses urbanos debido a la relación que existe entre la limitación de la autonomía de las baterías y el alto peso de los vehículos. Sin embargo, la industria y empresas no descartan que en un futuro cercano se puedan realizar trayectos más largos. Ejemplo de ello, es el prototipo de la empresa Proterra. Un autobús eléctrico interurbano y autónomo con una autonomía de más de 550 Km de autonomía.
La movilidad eléctrica pisa fuerte, y no solo con el vehículo particular, sino ¡también con el transporte público!
