Con la llegada del frío, toca encender la calefacción para pasar más tiempo en casa. Los radiadores eléctricos son dispositivos bastante económicos que se pueden usar como único sistema calefactor o como complemento a un sistema de calefacción central. Esto es lo que debes tener en cuenta a la hora de comprar un radiador eléctrico si quieres ahorrar energía:
Tipo de emisor térmico
Un emisor térmico o radiador es un equipo de calefacción independiente, que se conecta a la red eléctrica y es capaz de calentar una habitación. Existen tres tipos:
- Emisores secos. Se calientan y se enfrían rápidamente, así que son adecuados para calefactar una estancia en poco tiempo y cuando se van a usar pocas horas (entre 0 y 4 horas).
- Emisores fluidos. Incorporan un fluido termo-conductor de alta transferencia térmica que reparte el calor de forma uniforme en su interior. Disponen de más inercia térmica. Es decir, tardan más tiempo en alcanzar la temperatura deseada, pero una vez alcanzada, también la conservan durante más rato. Por eso, su consumo eléctrico es menor que en los secos. Son recomendables para instalaciones completas y en habitaciones donde se vaya a usar la calefacción de manera más prolongada (entre 5 y 8 horas).
- Emisores cerámicos. Son los que tienen una inercia térmica más elevada y, por tanto, los que mantienen el calor durante más tiempo. Son apropiados para un uso muy continuado en el tiempo (más de 8 horas).
Dimensiones de la estancia (m2) y potencia del radiador (W)
Los fabricantes suelen incluir, como especificación, la potencia del dispositivo asociada a una determinada superficie en m2. Por término medio, se necesitan unos 70-80 W para calentar 1 m². Ten en cuenta este dato a la hora de seleccionar un radiador eléctrico capacitado para la habitación que deseas calefactar.
¡Importante! No es una buena costumbre mover un radiador de una habitación a otra en función de dónde te encuentres. Un radiador adecuado para una estancia pequeña no tiene suficiente potencia para calentar una más grande, así que nunca alcanzará la temperatura de confort. Por lo tanto, tampoco dejará de funcionar y consumirá más electricidad.
Temperatura ideal o de confort
Se recomienda mantener una temperatura entre 19 y 21º C durante el día y no más de 17º C en horario nocturno o en los momentos en los que no hay nadie en la vivienda. Ten en cuenta que cada grado que se incremente, aumentará el consumo de electricidad en un 7 %.
Regulación del radiador
Los radiadores pueden tener tres tipos de regulación:
- Analógica: la más básica, consiste en una ruedecilla que gira para seleccionar la temperatura deseada.
- Digital: a través de una pantalla digital, se introduce la temperatura de confort. Además, la mayoría permite programar el encendido y apagado del radiador las 24 horas del día y los 7 días de la semana, así como seleccionar varios modos de funcionamiento, en función de las necesidades del usuario.
- Digital + conexión WIFI: con las mismas características que la anterior, permite además programar la pantalla digital desde el móvil.
Desde el punto de vista del ahorro energético, la regulación digital y la digital + conexión WIFI son las más recomendables porque permiten programar el encendido y apagado en función de los horarios de ocupación de la casa.
Tipos de termostato
El termostato es el encargado de encender o apagar la calefacción a partir de la temperatura establecida de confort. Existen tres tipos:
- Mecánico: mantiene la temperatura seleccionada en unos 2 grados de diferencia aproximadamente (tanto por arriba como por abajo, ± 2º C).
- Electrónico: mantiene la temperatura indicada con un margen de ±0,5 °C.
- Digital: mantiene la temperatura especificada con un margen de ± 0,1°C.
Las dos opciones que más favorecen el ahorro energético son el termostato electrónico y el termostato digital porque son más precisos.
Fuente: Universo Confort, cortesía de Laura Saiz.
