Según el Panel de Hogares de la CNMC, la mitad de los consumidores que están insatisfechos con el servicio de suministro energético, considera que el principal motivo es la falta de claridad de las facturas. Aquí somos transparentes y queremos que sepas lo que estás pagando, por eso, te contamos las claves para entender tu factura de gas.
Esta factura se compone, normalmente, de cinco conceptos. Los dos primeros (término fijo y término variable) son los principales, aunque los tres siguientes (alquiler e impuestos) no dejan de ser menos importantes:
1. Término fijo
Es la parte de la factura de gas que pagamos siempre, incluso los meses que no consumes, por tener acceso al punto de suministro (igual que el término fijo o potencia contratada en la factura de luz). Aquí, el total a pagar dependerá, principalmente, de la tarifa de gas que tengas contratada. A diferencia de las tarifas de luz, las tarifas de gas no las podemos elegir los consumidores; son fijadas por la distribuidora en función del consumo medio que realizamos el año anterior.
Este término se cobra por día y usuario. A veces se expresa en euros por día (€/día) y otras en euros por mes (€/mes). Se calcula multiplicando el precio que tengas contratado con tu comercializadora por el número total de días que comprenda el periodo de facturación. Por eso, es importante que te fijes en el precio del término fijo que pagas y que compares con otras compañías. Te lo mostramos destacado en la imagen de más abajo.
2. Término variable
En la factura de gas lo podrás encontrar reflejado como “término variable” o “consumo gas”. Es la parte de la factura que corresponde al consumo de gas que has realizado durante el periodo de tiempo de facturación. Es decir, pagas lo que has consumido.
Se calcula multiplicando el número total de kWh que hayas consumidos en ese periodo de tiempo, por el precio que tengas contratado con tu distribuidora. El consumo de gas que realizas será el mismo estés en la comercializadora que estés, por eso, es importante que te fijes en el precio del término variable que pagas y compares con otras compañías. Te lo mostramos destacado en la imagen de abajo:
En realidad, nuestro consumo se realiza en m3 (metros cúbicos de gas natural), pero se utiliza un factor de conversión en función de la calidad de gas natural suministrado para poder expresarlo en kWh en nuestra factura. Este factor suele ser aproximadamente 11,63 kWh/m3.
3. Impuesto sobre hidrocarburos
El Impuesto Especial sobre Hidrocarburos está regulado y reflejado en el Boletín Oficial del Estado. Es un impuesto que recae de manera indirecta sobre el consumo de hidrocarburos, pero se paga por la fabricación e importación de este producto.
Es decir, para que tengamos suministro de gas natural en casa, hay que fabricar hidrocarburos, lo que genera emisiones de CO2 a la atmósfera. De manera que lo que se pretende con este impuesto es desincentivar su consumo para reducir las emisiones.
4. Alquiler del contador
Es lo que pagamos a la distribuidora por el alquiler de un contador de gas instalado en el punto de suministro. Es decir, la comercializadora solo actúa de intermediaria cobrando este alquiler al consumidor y pagándolo a la distribuidora.
5. IVA
Al final de todo lo anterior, se suma el total de todas las partes y se añade, obligatoriamente, el 21% de IVA que establece el Gobierno.
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